El 80% del envejecimiento es causado por los rayos solares. Es esencial protegerte todo el año para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel. En verano, cuando la radiación solar es más intensa y nos exponemos más al sol, es crucial usar un protector solar de amplio espectro y alta protección. ¡Aplicarlo y renovarlo durante la exposición es clave!
No todos los protectores solares son iguales. No te guíes solo por el precio. Los protectores solares de bajo precio suelen contener materias primas de baja calidad y baja concentración, además de tener altos niveles de agua no purificada. Además, no suelen contar con estudios de eficacia del producto terminado.
¡La cantidad importa! Una cantidad insuficiente de protector solar disminuye su eficacia, reduciendo a la mitad el factor de protección solar que el envase promete. Esto puede provocar quemaduras, manchas y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Aplica al menos 2 mg/cm2 y renueva cada dos horas.
Protección solar facial: Asegúrate de aplicar adecuadamente protector solar en tu rostro, en cantidad suficiente, sin olvidar el escote. Evita aplicarlo en el contorno de ojos.
Protección solar con color: Ideal para el día a día en la ciudad. Recuerda reaplicarlo, pero evita usarlo en la playa, ya que puede causar manchas en la piel.
Protección solar para niños: No expongas al sol a niños menores de 1 año. Utiliza protectores solares específicos para la piel infantil, preferentemente con filtros minerales, que no penetran en la piel y reducen el riesgo de irritación o alergias en su delicada piel.
Protección solar durante el embarazo: La piel es más sensible al sol y aumenta la aparición de manchas, conocidas como melasma, en un 50-70%.
